Un helicóptero de la Agencia Tributaria pisa los talones a una narcolancha cargada de fardos de hachís. El vehículo va totalmente preparado: con tres motores, un buen número de fardos y la tripulación que dirige la operación. Pero la Agencia está de estreno con su nueva patrullera de Vigilancia Aduanera, que alcanza sin problemas la velocidad de los narcotraficantes.
Tanto que se asustan y comienzan a tirar el alijo al fondo del mar. De repente aparecen más lanchas de narcos y comienzan a hacer maniobras peligrosas. Los agentes les responden con disparos de advertencia. Los narcos finalmente consiguieron escapar pero la Agencia Tributaria se incautó los 1.300 kilos que trataban de llevar a aguas españolas.