Un perro ha conseguido sobrevivir tras ser enterrado vivo por sus propios dueños en Ukhta, Rusia. Kiryusha, un pastor alemán, consiguió excavar hasta salir de la tumba en la que le habían enterrado.

Previamente, le habían inoculado una inyección con veneno para matarle, pero ninguno de sus intentos acabó con la vida del animal.

El can consiguió salir del hoyo en el que le habían introducido y posteriormente llegó hasta una carretera donde fue encontrado por una mujer, Olga Lystseva, que le llevó hasta un refugio de animales al norte de Rusia.

Más tarde consiguieron contactar con los dueños, que se justificaron alegando que el animal estaba enfermo y que por eso le inyectaron una droga con la intención de matarlo.

Sin embargo, las pruebas veterinarias han demostrado que Kiryusha no tenía ningún problema de salud grave, sino que padecía las consecuencias del maltrato recibido por parte de sus dueños.