El 3 de mayo se celebra el Día de la Libertad de Prensa, una fecha impulsada por la UNESCO desde el año 1993. Durante la jornada, se hace un balance de cómo se encuentra la libertad de prensa a nivel mundial y se rinde homenaje a todos los profesionales de la información que han perdido la vida desempeñando su oficio.
Este año, la pandemia de coronavirus ha obligado a cambiar de planes respecto al encuentro que se realiza entre expertos en libertad de prensa. La conferencia de la UNESCO, que debía realizarse estos días en La Haya, fue pospuesta en marzo a causa de la cuarentena mundial, por lo que se celebrará desde el sábado 18 y hasta el lunes 20 de octubre de este año.
El lema de este año es 'Por un periodismo valiente e imparcial', y durante el congreso se tratarán tres temas: 'Seguridad de los y las periodistas y la cuestión de la impunidad', 'Independencia del periodismo' y 'La igualdad de género en los medios de comunicación'.
El origen del Día de la Libertad de Prensa
La idea surgió como respuesta a un primer llamamiento del periodismo africano. En 1991, representantes del periodismo en ese continente publicaron la Declaración de Windhoek (capital de Namibia), en la que defendían el pluralismo y la independencia de los medios de comunicación.
El mismo año, la Conferencia General de la UNESCO comenzó a adoptar los principios de la declaración e inició la petición para establecer el 3 de mayo como día de celebración, la fecha en la que se celebró el congreso periodístico en el que vio la luz la Declaración de Windhoek.
Tras el seminario en Windhoek se celebraron otros cuatro entre los años 1992 y 1997. Estos tuvieron lugar en Almatý (Kazajistán) para Asia; en Santiago de Chile para América Latina y el Caribe; en Saná (Yemen) para los países árabes; y el de Sofía (Bulgaria) dedicado a la prensa en los países europeos y norteamericanos.
La Conferencia General de la UNESCO reconoció los cinco seminarios entre los años 95 y 97, convirtiéndose así en uno de los pocos documentos provenientes de la sociedad civil adoptado de manera general por los estados miembro de la ONU.
El periodismo, un oficio de riesgo
El libre ejercicio de los profesionales de la comunicación es aún una actividad de riesgo en muchos países del mundo. El pasado mes de noviembre la UNESCO denunciaba en un estudio que entre 2014 y 2018 las muertes violentas de periodistas aumentaron un 18%. 500 periodistas, casi dos a la semana, murieron asesinados en este lapso de tiempo por su desempeño profesional. En 2019, hasta noviembre habían sido asesinado 44. A esto se une el hecho de que estos delitos casi siempre quedan impunes: entre 2006 y 2018, el 90% de los muertes violentas de 1.109 periodistas se saldaron sin castigo para los asesinos.
El secretario general de la ONU António Guterres, en una entrevista realizada en 2019, afirmó que "cuando se ataca a los periodistas, toda la sociedad paga el precio". Defendía que, si no se puede asegurar el trabajo de los periodistas, "nos enfrentamos a la perspectiva de un mundo de confusión y desinformación".
Otro gasto más
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