La crisis del coronavirus ha dejado sin ingresos a miles de trabajadores de la noche a la mañana. Es el caso de Raquel, que perdió gran parte de su producción en cuestión de días.

"Sacábamos 2.000 litros de leche y nos recogían la mitad. Nos daba pena tirarla", recuerda. A Pilar le sucedió algo similar: "Había bodas, bautizos, comuniones... eso demandaba nuestro producto. Y ahora no lo hay".

Caía la demanda, se perdían la cadenas de distribución... Efectos de una pandemia que, según los expertos, evidenció la fragilidad del sistema alimentario.

Javier Guzmán, director de Justicia Alimentaria, nos cuenta que esta crisis "ha afectado a sectores rurales y pequeños productores y a barrios populares", reconociendo que ha habido "desabastecimiento" y "subidas de precios" en productos básicos.

Para evitar esa tendencia, iniciativas como 'La colmena que dice sí' ayudan a los productores de proximidad. El concepto 'colmena' significa comprar productos locales y que te los entreguen donde quieras y cómo quieras. Actualmente, existen 60 colmenas en España que unen a 80.000 consumidores con 600.000 productores nacionales.

Productos de gran calidad que van del campo a la mesa del consumidor. En la multinacional McDonald's fueron conscientes de las dificultades de muchos productores españoles. Fue entonces cuando se les ocurrió crear 'Big Good', una hamburguesa con siete ingredientes suministrados, cada uno de ellos, por productores nacionales afectados por la crisis de la COVID-19.

La chef Iolanda Bustos, por su parte, viaja hasta el origen del producto y allí mismo elabora sus platos. "Cuando puedes probar y conocer directamente en origen, te acuerdas para siempre", afirma. Dinamizar el comercio cercano y potenciar el sistema agroalimentario con políticas públicas, dicen quienes más conocen el sector, podría ser la fórmula para salvarlo de un impacto como el que les ha tocado vivir.