El desalojo previsto un domicilio en Lavapiés, donde vive Pepi Santiago de 65 años con sus dos hijas, ha quedado aplazado sine die, según ha informado la propia afectada a las puertas del edificio, en manos de un fondo que tendría intención de levantar apartamentos turísticos o de lujo.

Un centenar de personas acampaban en la calle para evitar el desahucio, que se ha llegado a aplazar hasta en tres ocasiones.

De hecho, se había montado un fuerte dispositivo policial que ha sido retirado poco antes de la hora programada para el desahucio.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha exigido la paralización del mismo de manera "indefinida" y hasta que la Administración Pública "no garantice una alternativa habitacional", explicaban la Plataforma que está ayudando a la familia.