En 1962, hace nada menos que 60 años, un simpático conejo llamado Fidel advertía en televisión sobre los riesgos de lanzar a la naturaleza colillas encendidas. Era una campaña de prevención de los incendios Forestales de la Dirección General de Montes, pero, aun así, podemos decir que la guerra contra las colillas en la naturaleza se remonta, por lo menos, a los tiempos de Franco.

Pues bien, 60 años después, parece que no hemos aprendido mucho, pues las colillas siguen estando en el top 5 de los residuos que más tiramos a la naturaleza. Así lo hemos conocido a partir de los datos de 2022 de Libera, elproyecto de la ONG SEO/BirdLife en alianza con Ecoembesque promueve la limpieza de residuos en la naturaleza.

Colillas, microplásticos, envoltorios, papeles y latas de bebida son los residuos más encontrados en 2022 por los más de doce mil voluntarios diferentes que han participado en las acciones de Libera. Y sabemos qué es gracias a la tecnología que aplica el proyecto para caracterizar los residuos recogidos por todo el país en colaboración con administraciones públicas, empresas y otras organizaciones sociales y ambientales.

App móvil utilizada para clasificar residuos en la naturaleza

En total, Libera ha recogido el año pasado 119,4 toneladas de basura y ha clasificado más de 200.000 tipos de residuos en las 1758 acciones de recogida de lo que han llamado 'basuraleza'.

Una contaminación invisible que está presente en todas las muestras tomadas en espacios naturales en el marco del proyecto. Por ello, Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, ha hecho un llamamiento a la participación de todo el mundo: “Necesitamos ser algo más que números de recogida de basuraleza, necesitamos que todos y cada uno formen parte de ese cambio que necesita esta sociedad", ha dicho en la presentación del informe anual del proyecto que ha tenido lugar este miércoles en Madrid.

El cambio empieza en el hogar

Ese cambio en la sociedad del que hablaba Ruiz implica a todos los ámbitos: administración, empresas, colectivos educativos... y ciudadanos individuales. "Es un problema de primerísima orden y una responsabilidad de todos", ha asegurado Ángeles Urrea, docente en un instituto de secundaria madrileño que participa en el proyecto, y que ha dado un punto optimista al defender la concienciación de la juventud actual: "Esos niños de 12-13 años ya no son como tú", ha dicho en relación a sus padres, ya que ellos se convierten en prescriptores de la defensa del medio ambiente.

La educación es un punto clave en este proyecto al que se sumaron hasta 603 nuevas aulas que elevan la cifra de centros colaboradores a 246, además de las 25 universidades que también colaboran con estas acciones.

Lo que quizá no imaginamos es que esa basura en el campo, mares y ríos, muchas veces la generamos desde nuestro hogar. Como explican los coordinadores del proyecto, Sara Güemes (Ecoembes) y Miguel Muñoz (SEO/BirdLife), el wc y la lavadora son ingentes puntos de entrada de bausra que acaban en entornos naturales.

"Hemos ganado mucho en concienciación ambiental, pero las colillas siguen siendo un acto muy habitual, como el de tirar las toallitas al wc", explica Miguel Muñoz. "Ya no es lo feo que sea, es que cada toallita va a poder llegar al lecho del río haciendo que no haya vida en el río", apunta Sara Güemes. Las toallitas húmedas e infantiles no deben tirarse al wc, sino alcubo de resto, pues no se desintegran y acaban acumulándose en ríos y mares.

Además, el uso casi omnipresente de los tejidos sintéticos en nuestro armario también contamina, pues muchos de los microplásticos clasificados en Libera proceden de pequeños desgarros de las prendas de ropa que lavamos, apuntan ambos.

Aunque parezca increíble, multitud de pañales, compresas y todo tipo de desechos que van al contenedor de restos acaban también en entornos naturales por tirarse al váter.

De igual forma, los voluntarios de Libera han recogido en las cunetas de carreteras muchos envases y latas de bebida que tiramos desde la ventana de nuestros coches... Otra práctica que no deberíamos hacer ya no solo por lo estético, sino porque muchos animales silvestres acaban ingiriendo esos plásticos y metales que tendrían que estar en el contenedor amarillo.

Por supuesto, las empresas también están llamadas a este movimiento, e implicadas: los coordinadores del proyecto han celebrado que en este último año 129 empresas han participado de forma presencial en la recogida de basura en el campo.

Desde su puesta en marcha hace más de cinco años, Libera ha movilizado a más de 130.000 voluntarios, colaborado con cerca de 2.000 organizaciones y colectivos y recogido basuraleza en más de 6.500 puntos de toda España. Cinco años en los que las colillas, pequeñas piezas y envases de plástico han sido los residuos que más hemos abandonado en la naturaleza. Ay, si el conejo Fidel levantara la cabeza.