Dionisio detectó gas radón en su casa, en la Sierra de Madrid, hace tres años. "Es incoloro, indoloro... Es muy peligroso por eso", ha contado a laSexta. La razón: es un gas radioactivo difícil de detectar. Proviene de la desintegración del uranio. "La sorpresa es que en el sotano de mi casa daba medida de 2.000 y 2.500 bequerelios, cuando la OMS marca 300 bequerelios como máximo para que no dañe la salud", ha añadido Dionisio.

"El problema es en un espacio cerrado, donde las concentraciones de ese gas aumentan", ha advertido José Miguel Rodríguez, presidente de la Asociación 'Vivir sin Radón'. La inhalación de gas radón es, según la OMS, la segunda causa de cáncer de pulmón. Y tiene más presencia en Galicia, Extremadura y la Sierra de Madrid. Los expertos defienden que es clave, si estamos en una de esas zonas, hacer una medición.

"Se hace una sencilla medida con monitores integrados. Se colocan en casa durante un periodo mínimo de tres meses y el laboratorio nos da la concentración de radón media anual de nuestra vivienda", ha indicado José Miguel Rodríguez. Porque sí, este problema de carácter grave tiene solución: se puede proteger la base de la vivienda del contacto con la piedra que puede expulsar el gas.

¿Cómo? "Con una lámina que impide la difusión del gas. Lo vamos a colocar en el punto inferior y esa será la barrera de protección", ha detallado José Hermindo Prieto, director técnico del Grupo BMI-Iberia. Después, con unas tuberías, se extrae el gas. "Estamos hablando de 2.500-3.000 euros. Yo sigo teniendo el aparato en el sótano, pero es rarísimo que yo tenga más de 60 bequerelios", ha asegurado Dionisio.

Los afectados reclaman que desde las instituciones ofrezcan más información. Que la gente sepa que puede haber un problema, pero que tiene solución.