El delfín 'Manoliño' se ha ganado el cariño de todos los vecinos de Muros y Noia y es la estrella de la zona. El animal se acerca a la gente, se deja acariciar e, incluso, juega. Pero esto, a pesar de lo anecdótico y gracioso, no es bueno para él.

'Manoliño' llegó a Galicia a finales de 2019. Los buzos que se sumergen a por navajas fueron los primeros en localizarlo. Roger Suárez, mariscador, cuenta cómo fue el encuentro: "Se quedó a una cuarta de la mano, olisqueándola. Hasta que lo toqué un poco en el cuello (…) Es como un perro, viene a olfatear, busca mimos; si lo apartas o lo ignoras, llora".

Lo que aparentemente puede empezar como una sesión de juego y caricias puede acabar muy mal. Y si no, que se lo digan a Jorge Senra, mariscador que, tras dedicarle algo de atención, fue agarrado del codo derecho y arrastrado a la superficie durante más de ocho metros sin soltarle: "Me dejó marcado, sangrando y con puntos. A día de hoy, todavía tengo algún agujerito", recuerda.

'Manoliño' mide casi tres metros y pesa 300 kilos. Los expertos piden a la gente que no se aproximen a tocarlo: "Un movimiento, un golpe de cola o cualquier reacción desafortunada del animal en presencia de personas puede suponer una desgracia", indica Bruno Díaz, biólogo.

Tampoco le ayuda que se juegue con él: "Es como si nosotros, paseando, sale un cachorrito a saludarnos. Si le acariciamos, nos va a seguir y, por tanto, va a abandonar su casa", continúa el mismo. Por eso, lo más recomendable, por difícil que parezca, es ignorarlo y no prestarle atención cuando la solicite. Cuando se aburra, acabará marchándose con otros delfines.