Una familia cruza en coche la frontera entre Marruecos y Melilla y la Guardia Civil sospecha y acierta. En el interior del asiento trasero, llevan escondida a una persona. Se le ve mareado y desorientado: tiembla hasta para beber agua.

La Guardia Civil también sigue a otros coches. En un caso, el conductor sale tranquilamente fumando y el copiloto saca a alguien mareado.

Poco después, esa persona se repone y sale de allí. Ha conseguido cruzar la frontera de forma ilegal.

La Guardia Civil ha desarticulado a la banda dedicada a este tráfico humano. Han sido detenidas 52 personas, que utilizaron una fórmula tan peligrosa hasta con 200 personas.