El 19 de enero de 2002 en Santomera, Murcia, Francisca González acabó con la vida de sus dos hijos pequeños de cuatro y seis años con el cable del cargador de su móvil. El hijo mayor, que tenía 14 años, sobrevivió. La madre le había pedido que comprase pilas para el wallkman y le instó a que escuchase música con los cascos mientras ella cometía el asesinato.

En un primer momento, Francisca, más conocida como Paquita, simuló haber sufrido un robo en su vivienda, pero la Policía la detuvo justo después del funeral de los dos pequeños. Según recoge la sentencia, aquella noche, la mujer había mezclado alcohol, cocaina y fármacos.

Por el crimen fue condenada a 40 años de prisión, y ahora, 18 años después del asesinato, Francisca ha salido de la cárcel con el permiso de tercer grado, por lo que podrá buscar un trabajo y pasa a dormir en un centro de inserción social de Murcia.

El abogado de Paquita: "Hubo poca piedad por parte del jurado"

Su abogado, Melecio Castaño, ha explicado en Expediente Marlasca que en 2002 no llevaba la defensa de Paquita, pero apunta a que "la Paquita de hoy día es una señora rehabilitada, con un poso importante porque lo que pasó ya no tiene remedio". También la ha calificado de "muy sufrida y muy madura".

Además, ha insistido en algo que, según cuenta el magistrado, él mismo le ha contado a Paquita: "Yo le he dichi que en el juicio no se defendió bien, porque era una mujer maltratada, engañada por su marido, con adiciones". Así, ha defendido que no contó con "buenas pruebas periciales".

"Los psiquiatras no fueron muy magnánimos por las circunstancias en las que se encontraba. Deberían de haber aplicado un atenuante de drogadicciones y otro de estado pasional", ha argumentado, añadiendo que "hubo poca piedad por parte del jurado, los forenses, los jueces y por ella misma".

Con ilusión y muchas ganas de emprender una nueva vida"

Además, en declaraciones a 'Espejo Público', asegura que Francisca mantiene un vínculo afectivo con su familia, en concreto con su hijo y algún nieto. Cuando acompañaba a Paquita en su salida de la cárcel el pasado viernes, el magistrado también defendió que la mujer afrontaba la nueva etapa con "ilusión y muchas ganas de emprender una nueva vida", y de, "dentro de poco ser una ciudadana más".

Castaño también ha asegurado en Espejo Público que en el momento de cometer el asesinato Francisca era una mujer "maltratada" y "adicta a diferentes sustancias". "Ella no recuerda lo que sucedió, estaba en una situación complicada emocionalmente", ha añadido, recalcando el por qué Paquita nunca ha llegado a reconocer el crimen.