Jim Alexander y Betina Bradshaw son una pareja de Devon, en Reino Unido, que este año han organizado una cena de Navidad con cadáveres de animales muertos que encontraron en las carreteras.

Algunas de las especies que componen el menú son ciervos, faisanes, conejos y tejones. "Lo hago porque no soporto ver el desperdicio de la vida. Al llevármelos a casa y comérmelos, al menos reduzco el impacto del ser humano en la naturaleza", explica Jim Alexander al diario Metro.

Según cuenta, fue él quien convenció a su pareja para llevar ese estilo de vida, ya que se acostumbró a vivir sin ir al supermercado desde que era un niño y vivía en una granja de la antigua Checoeslovaquia. "Sólo voy al supermercado para conseguir cosas que no pueden obtenerse en la naturaleza", afirma.

La Policía ha llegado a pararse a su lado cuando se encontraba recogiendo cadáveres, como él mismo explica, aunque añade que pese a que le miran "un poco extraño", en más de una ocasión le han ayudado a subir al animal a su camioneta porque "no está haciendo nada malo".