La mujer de 39 años cuyo cadáver fue hallado en una maleta en Alcolea del Río, Sevilla, murió asfixiada con varias cuerdas enrolladas en el cuello y bolsas de plástico colocadas en la cabeza, y el ataque se produjo de forma inesperada por su pareja tras anunciar que quería separarse, según fuentes de la investigación.
Carlos López, el alcalde de Alcolea del Río, ha explicado que la mujer había consultado con los servicios jurídicos municipales su intención de separarse y de irse a Granada a rehacer su vida junto a su hija.
La familia de la víctima denunció la desaparición de la mujer después de que no acudiera a la primera comunión de la hija que tenía con su pareja, aunque no se tenían noticias de la mujer desde hacía 20 días. El alcalde se ha mostrado sorprendido ya que el asesino confeso, Antonio G.G., acudió a la comunión de la hija y actuó "como si nada" hubiera pasado.
La pareja de la mujer confesó que la había introducido en una maleta, por lo que la Guardia Civil la localizó en un cauce seco de un arroyo del paraje Calera El Mochilón, de Alcolea del Río.
Fuentes de la investigación han informado de que la mujer fue atacada de forma imprevista por la espalda con el cordón de una bota, con el que la asfixió por el cuello hasta que perdió el conocimiento unos 45 segundos, tras lo cual murió.
Para culminar su acción criminal y asegurarse la muerte de la mujer, el detenido, que tiene un hermano Guardia Civil, habría usado dos cuerdas más, así como varias bolsas de plástico que le colocó en la cabeza, han añadido las fuentes.
La mujer fue introducida en una maleta sin necesidad de ser descuartizada porque medía solo 1,60 metros. El asesino confeso, que se hizo un pequeño corte en el cuello tras matar a la mujer, ha sido conducido por la Guardia Civil a los calabozos de Lora del Río y está previsto que en las próximas horas pase a disposición judicial.
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