Su hijo de un año y medio había tenido un día inquieto. Los padres, como castigo, lo envolvieron con plástico. Después, grabaron un video que compartieron en las redes sociales porque les pareció gracioso. Sin embargo, la Policía no tardó en llegar a su casa, y los servicios sociales se llevaron al bebé.
En las imágenes, se puede ver cómo cae el niño en un sofá, con la mirada perdida e incluso con la nariz roja, envuelto en film transparente. Es su padre quien le empuja: "Es como un gusano", dice. Esta pareja de influencers estadounidenses decidió subir a TikTok el vídeo de esta especie de castigo: "Es un bebé gruñón", explican entre risas.
Lo que no contemplaban es que los agentes llamaran a su puerta dos días después, tras la censura en las redes sociales, y los servicios sociales se llevaron al niño, acusándolos de maltrato. La madre, entonces, completamente desolada, aseguró que era parte de una broma: "Nunca le haríamos daño a nuestro hijo".
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Además, insiste en que estuvo envuelto solo cinco minutos y que el bebé se reía. "Tenía espacio para moverse, parecía un pequeño pepino", añade su progenitora. 72 horas han tardado las autoridades en devolverles al pequeño y ahora, dicen, han aprendido la lección.