Por primera vez el Papa Francisco ha hablado y sin tapujos de la dictadura argentina. Lo ha hecho en su autobiografía titulada 'Vida' que ha salido este miércoles a la venta en España. En la obra habla sobre su etapa como activista para salvar a presos, incluso engañando al mismo dictador Videla. Incluso, cuenta que durante su juventud hasta tuvo una novia por la que dejó de rezar.

Bergoglio no quería entrar a la Capilla Sixtina ya que sabía que iba a ser elegido Papa. El discurso que había dado días antes fue "su condena". Se trata de las palabras que él mismo utiliza en su autobiografía sobre este evento en el que no se puso la ropa de Papa, porque prefería usar "sus cosas" y es que rechazó los emblemáticos zapatos rojos porque él necesita unos ortopédicos.

Tal y como se adelantaba unas líneas más arriba esta es la primera vez en la que el Papa habla de forma tan clara sobre la dictadura en Argentina, de hecho asegura que fue un genocidio generacional. Sobre esta etapa también narra en su autobiografía cómo engañó a Videla para liberar a dos encarcelados jesuitas y es que inventó una falsa enfermedad de su cura habitual para oficiar una misa en casa del dictador. Intercedió por ellos y poco después pudieron irse de Argentina. También ayudó a huir un joven muy parecido a él prestándole su documentación

El coautor de 'Vida', Fabio Marchese Ragona, ha explicado sobre este hecho que el Papa Francisco "arriesgó su vida" puesto que si hubieran "descubierto al chico lo hubieran matado y luego habrían ido a por él".

El vaticanista Marchese ha añadido que a Francisco le dolía que usaran su relación con Benedicto XVI como arma política. La misma parte de la iglesia que ahora lanza el rumor de que va a dimitir, mientras que él lo niega de forma categórica

Bergoglio confiesa además que, sí, tuvo una novia... y además cuando estaba en el seminario sintió un flechazo por otra chica que durante un tiempo le impidió rezar... Ahora cumple como Papa con la sensación de estar dando un "servicio" a Dios. Y concluye el libro pidiendo que recen por él, pero a favor y no en contra. Una broma que, al parecer, hace habitualmente, pero recuerda a la última polémica desatada por las declaraciones de un grupo de sacerdotes en un tertulia que emitían en Internet.