La lava arrasa todo lo que toca con sus más de mil grados centígrados de temperatura. El panorama que se presenta para La Palma una vez pase esta histórica erupción puede ser desalentador, ya que, como cuenta a laSexta el geólogo especialista en vulcanología José Luis Barrera, esa lava "es una roca" y sobre ella "no se puede cultivar".
Habría que esperar a que la propia naturaleza, mediante la meteorización, transformase esa colada una vez solidificada y volviera a convertirla en suelo donde poder cultivar. Manuel Regueiro, presidente ilustre del Colegio de Geólogos, anticipa que la naturaleza no va a restaurar el territorio.
"En el corto plazo, tardará, en tiempo geológicos, millones de años. En tiempos humanos: imposible", explica. Eso afecta directamente a las plantaciones de plátanos, que son la principal fuente de ingresos para unas 10.000 familias de La Palma.
¿Y qué sucede con las viviendas y las parcelas arrasadas? El suelo arrasado por la colada sigue siendo propiedad de quienes estaban ahí, pero la ley prohíbe construir de nuevo sobre ellas, por lo que es probable que nunca puedan volver a sus propiedades.
"Costaría mucho dinero y se baraja hacer una nueva aldea o pueblo, barrio pequeño, para alojar a toda esta gente", cuenta José Luis Barrera. Por eso, el presidente de Canarias anunció esta semana que trabajan en un borrador del decreto ley de Ordenación del Territorio. El objetivo es devolver a los palmeros una vida lo más parecida posible a la que el volcán les ha arrebatado.