El Ayuntamiento de Zamora ha aprobado el cobro de un impuesto de nueve euros al año por cada perro que sea censado. La imposición de esta tasa, que se cobraba en 1992, tiene el objetivo de que los dueños "contribuyan" a financiar los servicios que la ciudad presta en relación a bienestar animal, un gasto que asciende a más de 200.000 euros al año, y así poder también mejorarlos.

La iniciativa llega de la mano del único consistorio de Izquierda Unida y tiene planeado recaudar entre 50.000 y 90.000 euros anuales. En Zamora capital hay 9.800 perros censados.

"Dado que, actualmente, el hecho de dar de baja a un perro es un trámite gratuito, hay mucha gente que no lo hace y por eso creemos que el censo real es mucho menor", ha explicado el concejal de Recaudación y Rentas, Diego Bernardo, que sobre el posible "enfado" de la población ante el impuesto, insiste en que la medida pretende "cambiar la mentalidad de la gente".

"Entendemos que en todos los servicios que ofrece el Ayuntamiento de Zamora participan los ciudadanos que los disfrutan, por lo que es natural que los propietarios de animales participen en la prestación de los servicios para animales", ha apuntado.

Los costes directos incluyen el censo telemático, los evacuatorios caninos (que tienen mantenimiento, reposición y limpieza), los dispensadores de bolsas, las zonas de esparcimiento (los pipicán), el contrato de limpieza y la señalización de zonas de suelta.

Los costes indirectos son la limpieza de jardines y aceras, la celebración del Día de la Mascota y las campañas de la sensibilización. A esto debe añadirse el gasto de mantenimiento de la perrera municipal.