Alejandro lleva dos meses y medio sin ir a clase. Sufre una depresión producida por el acoso escolar. "Es el peor episodio que puede vivir una madre, comprobar que tu hijo a esa edad no tiene ganas de vivir", cuenta Inmaculada, su madre.

Su familia ha pedido una orden de alejamiento de los presuntos agresores y están a la espera de la decisión del juez. Creen que la delegación y el instituto han fallado mucho. Otra madre denuncia la misma situación: "No sólo no hemos recibido ninguna ayuda de la administración, sino además una resistencia y una sensación de estar en el punto de mira".

La familia se ha visto obligada a cambiar al menor de centro, pues sufrió acoso con solo siete años: "Sabes que está expuesto al maltrato psicológico y físico que le han dejado unas secuelas que pueden ser de por vida".

Desde las organizaciones piden un compromiso mayor con las familias que deciden denunciar. "Cuando denuncias y pides apoyos para ayudar a tu hijo resulta que buscan la causa en la víctima y su familia", cuenta María José Fernández, de la Asociación madrileña contra el Acoso Escolar.

Con el aumento de los casos de acoso escolar, desde las asociaciones insisten en diferenciarlo de una riña de colegio. Desde que se ha puesto en marcha el teléfono contra el acoso, hace poco más de un mes, se han recibido más de 4.000 llamadas. De ellas, más de 1.000 se investigan como posibles casos de acoso escolar