Libertad provisional con cargos para los padres del niño de siete años fallecido en Girona. Aunque aún falta por conocer los informes toxicológicos, la autopsia a su cuerpo no evidencia signos de muerte violenta. Sus padres han declarado ante el juez que el menor tenía una afección respiratoria y que un día no se despertó.

"Llegan a manifestar que si se hubiera llamado a Emergencias, se hubieran llevado al niño y tenían miedo a perderlo", explica el fiscal Enrique Barata.

Según el examen forense, ninguno de ellos sufre enfermedad mental e intentaron curar al niño con medicamentos homeopáticos. La autopsia determina, además, que el niño podría llevar entre uno y tres meses un tiempo en el que la familia habría dormido junto al cuerpo a pesar del avanzado estado de descomposición.

"Que es raro, sí. Pero no es delictivo", ha señalado Cristian Salvador, abogado de los padres del niño. La familia profesa el pentecostalismo, una rama del cristianismo que cree en la curación a través de la fe. Aunque su abogado asegura que su religión nada ha tenido que ver con no haber avisado a los Mossos

"La muerte del niño fue natural, simplemente no querían aceptarla", asegura Salvador. De momento, a los padres se les ha retirado el pasaporte y la custodia de manera cautelar de sus otros dos hijos.