Lee Vernon, un joven de Reino Unido de 21 años, ha sido condenado a cadena perpetua por asesinar a su bebé. Le rompió 28 huesos e incluso le llegó a fracturar el cráneo. Tras debatirse durante varios días entre la vida y la muerte, el bebé de tan sólo seis semanas finalmente acabó muriendo en el hospital.

Según ha informado The Sun, los hechos tuvieron lugar en julio de 2018, pero es ahora cuando los jueces han dictado sentencia.

Fue el propio padre quien dio la voz de alarma a Emergencias. Según ha asegurado la Policía, él mismo llamó alertando de que su hijo se encontraba inconsciente y diciendo que desconocía cuál podía ser la causa.

Según asegura este medio, Emergencias le preguntó al joven si el bebé podía haber sufrido algún tipo de golpe, pero él lo negó.

En su declaración policial, Lee Vernon afirmó que el bebé se le había caído accidentalmente cuando lo tenía en brazos y que se golpeó con un sofá antes de llegar al suelo. Sin embargo, los análisis médicos demuestran que el recién nacido había sufrido maltrato reiterado.

El niño tenía síntomas de haber sufrido golpes en, al menos, dos ocasiones anteriores.

"Es imposible comprender el sufrimiento innecesario que ha sufrido el bebé durante su corta vida, me alegra ver que Vernon ha sido condenado para que no pueda dañar a ningún otro niño", ha asegurado el inspector jefe encargado de la investigación del caso.