Pablo San José es una excepción. Es de los pocos menores de edad en España que ha conseguido cambiar de nombre en su DNI, y según cuenta, no fue algo fácil: "Tienes que pasar por psicólogos, psiquiatras y en algunos casos hasta forenses... te sientes mal porque ves que te están tratando como un enfermo".

Ahora, el Congreso ha iniciado el trámite para que las personas transexuales puedan cambiar con más facilidad los datos de sus documentos oficiales. Ekai Lersundi es un transexual que lleva meses persiguióndolo y luchando contra los prejuicios. "El tema de tener que explicarle a todo el mundo que los datos en tus documentos están mal te hace pasar ratos muy malos", explica.

Con esta ley, podrán cambiar de nombre y sexo los menores, hasta hoy lo tenían prohibido incluso teniendo consentimiento de sus padres. Para Isidro García, trabajador social experto en transexualidad, "el no poder acceder a ese tipo de modificaciones lo que hace es exponer a esas personas a la transfobia".

Este cambio es una victoria para la hija de Violeta, que después de años de trámites y molestias conseguieron a cambiar a un nombre unisex, aunque para eso tuvieron que presentar hasta diez documentos que acreditaran que todo el mundo la trataba con ese nombre.

Además de los menores, en adultos tampoco harán faltan los informes médicos ni llevar más de dos años hormonándose. La ley beneficiará también a extranjeros con residencia y personas intersexuales, que ya no van a tener que presentar un informe diciendo que tienen un trastorno mental que no tienen.

El Partido Popular ha sido el único en votar en contra de esta proposición de ley, impulsada por el PSOE. Un paso gigante, según los asociaciones, para acabar por fin con la despatologización del colectivo trans.