Los abusos sexuales en el colegio La Salle, en Santiago, era un secreto a voces. También entre los alumos que relatan cómo veían algunos comportamientos sospechosos del principal señalado. En los años 80, en el interior de este centro educativo de la ciudad gallega, niños como Pablo sufrían en silencio presuntos abusos por parte de un profesor: "Cogía a los chavales y les masajeaba la nuca, les tocaba los hombros, les metía la mano por la espalda".

Pablo tenía en aquel momento unos 11 años, y hacía todo lo posible para no coincidir con él: "Durante una temporada en casa, para evitar ir, me provocaba vómitos para que mi madre viera que estaba enfermo". En su clase eran más de 40 alumnos y todos presenciaron estos comportamientos. "Comportamientos abierta y públicamente, en el aula, en el patio", ha insistido Pablo. Al cura, ya muerto, lo ha descrito como agresivo y con ataques de ira.

"Hizo una pregunta que me dejó muy sorprendidos: si alguna vez habíamos tocado las partes de un hombre", ha recordado la víctima de abusos. Cuando pudo, se marchó del centro. Pablo no ha sido el único, y durante estos días varios exalumnos han relatado sus testimonios sobre los abusos de índole sexual que sufrieron. El colegio ha pedido perdón a las víctimas y ha anunciado una investigación interna, aunque los hechos ya han prescrito.

Hasta el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, se ha distanciado de la postura de la Conferencia Episcopal y se ha mostrado a favor de una comisión de investigación en el Congreso. "Aunque hubiera habido en la Iglesia un solo caso, ya sería suficiente para nosotros la necesidad de pedir perdón", aseveró en una entrevista concedida a la Cadena SER. Para alumnos como Pablo, un paso así sería una victoria.