Oviedo, Alicante, Castellón y Antequera. El jueves 16 de noviembre alguna de estas cuatro ciudades conocerán quién recogerá el testigo de Cuenca como capital gastronómica.

En Antequera (Málaga), han apostado por un aperitivo que nunca falta en las comidas antequeranas: la porra. Se elabora con pan, cebolla, ajo, tomate y pimientos cultivados en la región. "Después se machaca y se tritura y se añade huevo duro, jamón ibérico y atún o melva", cuenta Carmen Bueno, propietaria y cocinera del Mesón Adarve. El toque final es un chorrito de aceite de oliva "de denominación de origen de Antequera", añade el alcalde Manuel Jesús Barón.

Utilizan la misma receta desde hace siglos, también para elaborar los dulces típicos artesanales como el 'bienmesabe'. "Es la estrella de todos los años", explica Meli, obradora de La Antequerana, mientras cocina este pastel tradicional.

Por otro lado, en Alicante apuestan por la gran variedad de sus arroces. "Más de 300", apunta la concejala de turismo, Ana Poquet. Para ellos, esta diversidad es la seña de identidad de la ciudad. Así se lo han enseñado a laSexta en el restaurante Nou Manolín.

El secreto del arroz alicantino, dicen, es sofreír el grano antes que el caldo. También su materia prima: todo está pescado en su bahía. Como el salmonete de la lonja de Santa Pola que echan en el plato que prepara Alejandro Medrano, encargado y chef del Grupo Gastronou: "Lo más importante para nosotros es manipular el producto lo menos posible para conservar su esencia y su frescura".

Aunque el arroz y los surtidos de pescado también son la especialidad de Castellón, no se pierde de vista los productos del interior de la comarca, como lapaletilla de corderito lechal procedente del Maestrazgo. "Tenemos aquí unas zonas muy buenas de corderito", señala el chef y propietario del restaurante El Pairal, Santiago Chiva, mientras cocina un lechazo.

Alimentos 100% autóctonos también son los que utilizan en Oviedo para cocinar dos de sus platos más tradicionales: el pote asturiano y las fabes. "El chorizo, la patata, la morcilla, las fabes, todo es de la tierra. Los alimentos de Asturias tienen un sabor muy especial, porque están cultivados con mucho mimo y mucho esmero", describe María Fernández López, propietaria y guisandera del restaurante El Fartuquín. Precisamente, que "Asturias es tierra de guisanderas y de grandes cocineros" es lo que destaca el presidente de la Asociación de hostelería y turismo de Asturias.

Todos ellos son platos sello de identidad de cada ciudad, que podrían convertirlas en capital gastronómica en 2024.