La Tomatina se celebra el último miércoles de agosto, como viene siendo tradición los últimos 74 años en el municipio valenciano de Buñol. Sin embargo, este año la celebración ha sido cancelada por la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2. No es la primera vez que esto ocurre: a principios de los años 50 también fue anulada por las autoridades locales.

Fue unos años antes, concretamente en 1945, cuando una disputa entre jóvenes dio origen a esta fiesta conocida mundialmente. Ese día la Plaza del Pueblo estaba llena de gente que quería presenciar el desfile de "Gigantes y Cabezudos" y otros actos de la fiesta. Entre el gentío, un grupo de jóvenes decidió hacerse un hueco dentro de la comitiva de un desfile. La página oficial del festejo cuenta que el ímpetu de los chicos hizo que uno de los participantes cayera al suelo.

A causa de su enfado, el joven abatido comenzó a golpear todo lo que se encontraba por su camino. De esta manera se engendró una pelea entre todos los presentes que utilizaron el puesto de verduras de la plaza para defenderse los unos de los otros. El resultado: una batalla vegetal de tomates.

Al año siguiente, el escenario se volvió a repetir el mismo miércoles de agosto. Con una diferencia, esta vez los vecinos llevaron tomates desde sus casas. Como había ocurrido el año anterior, la batalla fue detenida por la Policía Local. En los siguientes años, La Tomatina fue prohibida por las autoridades locales. Sin embargo, esto no impidió que los más atrevidos continuasen celebrándola llegando, incluso, a ser detenidos.

El año 1957, cuando la prohibición seguía vigente, unos jóvenes planearon una alternativa a la celebración: el entierro del tomate. Durante esta jornada, los vecinos desfilaron por el pueblo con un gran tomate dentro de un ataúd. Esta manifestación, en señal de protesta, estuvo acompañada de bandas de música que interpretaron marchas fúnebres a su paso. Su éxito fue tal que, finalmente, dos años más tarde se permitió la Tomatina.

La Tomatina: de una pelea con tomates, a una fiesta de interés internacional

Gracias al empeño del pueblo de Buñol, La Tomatina se instauró como una celebración oficial con sus reglas y condiciones. En 1957 se decidió que el evento de La Tomatina debía ir precedido del “palo jabón”. Una actividad que consiste en tratar de subir a un poste engrasado para alcanzar un jamón colgado en la parte superior. Además, también se delimitó la duración de la batalla mediante petardos, que anuncian el inicio y final de la fiesta.

Al principio cada persona traía sus propios tomates de casa, pero en 1975 la fiesta empezó a correr a cargo de Los Clavarios de San Luis Bertrán, la asociación del Patrón del pueblo, que se encargaron de aportar los tomates. Esto continuó así hasta 1980, cuando el Ayuntamiento se responsabilizó de la organización de la fiesta. Tres años más tarde, gracias a un reportaje de Javier Basilio, emitido en el programa de Televisión Española Informe semanal, la fiesta se popularizó en España.

Desde su creación, esta fiesta ha ido ganando el reconocimiento de más y más gente hasta que en 2002 fue proclamada una Fiesta de Interés Turístico Internacional. Fue tal la respuesta de la gente, que en 2013 se limitó el aforo a 22.000 personas por motivos de seguridad.