El juez ha dictado prisión comunicada y sin fianza para los ocho acusados de incendiar una furgoneta policial con un agente en su interior. Se trata de seis jóvenes de nacionalidad italiana, una joven francesa y una española a los que se acusa de homicidio de grado de tentativa, atentado a agentes de la autoridad, desórdenes públicos, daños, manifestación o reunión ilícita y pertenencia a grupo criminal.
Los hechos ocurrieron durante la concentración del día 27 de febrero, cuando, según el auto, los los Mossos d´esquadra infiltraron entre los manifestantes a agentes de dicho cuerpo.
Los agentes observaron a un grupo de 15 personas que hablaban en italiano y en el que de forma coordinada y muy violenta provocaban ataques a establecimientos comerciales y entidades bancarias, según confirma el informe.
Según el auto de prisión, el grupo estaba liderado por dos jóvenes que impartían órdenes a los demás miembros del grupo. Uno de ellos incluso portaba un martillo que les servía para romper los escaparates de algunos comercios.
Algunos de los establecimientos afectados fueron un Banco Sabadell, un Caixabank, un Banco Santander, un BBVA, un Zara y un NH. Además, provocaron numerosos y cuantiosos daños en el mobiliario urbano mediante la manipulación del sistema de iluminación de una calle entera.
Ahora se les imputa, entre otros delitos, intentar el homicidio de un mosso, daños, desórdenes públicos o atentados contra la autoridad. Todo a un grupo "perfectamente organizado", según ha determinado el juez tras las aportaciones de los agentes que lograron infiltrarse en la manifestación.