La Guardia Civil ha investigado a 13 personas en el marco de la llamada 'Operación Loverboy' como presuntos autores de numerosas estafas amorosas, realizadas a través de Internet. Los estafadores habrían estafado así más de 250.000 euros, invirtiendo gran parte del dinero en la compra de criptomonedas.

La operación comenzó en junio del año pasado, cuando una de las víctimas denunció que había sido estafada durante meses. Los autores se habían ganado su confianza para posteriormente simular situaciones de riesgo y necesidad, consiguiendo de esta manera que les realizara transferencias bancarias, en algunos casos de más de 34.000 euros.

Durante la investigación, los agentes localizaron a nueve víctimas españolas en Huelva, Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Oviedo y Euskadi. Muchas de ellas estaban siendo estafadas en ese momento y fueron alertadas de la situación por los propios agentes, que también localizaron a otras tres víctimas de nacionalidad china, polaca y francesa.

Según ha precisado el Instituto Armado en un comunicado, todos los investigados son de origen nigeriano y la mayoría residen en España, con conexiones en otros países, como Italia, Reino Unido y Nigeria.

La estafa del 'falso novio virtual'

De acuerdo con la Guardia Civil, este tipo de estafa, también denominada del "falso novio virtual", consiste en que los delincuentes, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad psicológica de la víctima, se crean una identidad falsa. En algunos de los casos, se hacen pasar por actores y actrices de Hollywood, fingiendo un interés amoroso o sexual que suele desembocar en una relación de tipo virtual que puede durar incluso meses, hasta ganarse la confianza de la víctima.

Una vez se establece un vínculo y la víctima muestra cierta confianza, comienzan a pedirle dinero, alegando que no pueden disponer de su propio patrimonio ya que se encuentra en otro país, que es para causas benéficas o para dar salida a una herencia millonaria. Cuando logran estas primeras disposiciones de dinero, el engaño suele continuar haciendo creer a la víctima que su van venir a vivir a España.

Con esta excusa, continúan reclamándole dinero, con la supuesta finalidad de pagar billetes de avión, enviar equipaje u objetos de valor que, según los delincuentes, quedan retenidos en la aduana si no se pagan los importes, introduciendo así urgencia a su petición. Las víctimas de la estafa quedan en una situación económica precaria, y llegan incluso a solicitar préstamos para poder obtener el dinero que posteriormente envían a los estafadores.

Según la Benemérita, este tipo de estafas combinan el componente psicológico con conocimientos tecnológicos por parte de los delincuentes y se dan de forma habitual. En muchas de las ocasiones las víctimas no acuden a denunciar, por lo que recuerda la necesidad de hacerlo para que los hechos puedan ser investigados.