51 días. Es el tiempo que Mamadú ha pasado en el CIE de Aluche, en Madrid. Con una enfermedad de estómago, allí apenas ha tenido asistencia sanitaria. Pero él acaba de quedar libre, eso sí, con una orden de expulsión. Muchos de sus compañeros serán deportados en vuelos colectivos de madrugada y de forma discreta.

El procedimiento para la expulsión, según las ONG’s, siempre es el mismo. Primero se programan los vuelos y después, denuncian, la policía nacional se encarga de llenarlos. Los inmigrantes son detenidos e internados en los CIES hasta su expulsión.

Los que logran quedarse, son puestos en libertad pero en situación irregular. El seguimiento de las deportaciones, dicen las ONG’s, dejan testimonios dramáticos. De mujeres que se han quedado solas con hijos tras la expulsión de sus maridos. Otros son deportados a países que no son suyos ni han estado jamás.