Una ola de calor está azotando España y media Europa. Aunque los grupos de riesgo son los niños y las personas mayores, los animales también pueden correr peligro ante la llegada de las altas temperaturas.
Los perros o los gatos son especialmente vulnerables ya que solo pueden transpirar por las patas o jadeando. Además, la temperatura corporal de los canes es un poco más alta que la de los seres humanos, rondan los 39ºC, por lo que hacer que aumente aún más puede provocar efectos adversos en su salud.
Lo que para nosotros puede ser 'un momentito al sol' para ellos puede ser una eternidad. Por ejemplo, dejar encerrada a nuestra mascota dentro de un coche a altas temperaturas puede provocarle la muerte en apenas 20 minutos.
Pero aunque todos los perros son vulnerables, hay que estar mucho más pendientes si se trata de branquicéfalos (de morro chato) ya que presentan más dificultades a la hora de respirar. Estos son el Bulldog inglés y Bulldog Francés, Carlino, Boxer o Pequinés entre otros.
También hay que tener en cuenta que los canes de pelo oscuro tienen mucho más riesgo de sufrir hipotermia que los de pelo claro ya que el primer color absorbe mucho más el calor. Por último, otros grupos de riesgo son aquellos ejemplares que tengan sobrepeso, problemas cardíacos o que sean cachorros.
Aunque los gatos agradecen el calor debido a su naturaleza (muestra de ello es que pueden pasar horas pegados al radiador en invierno) también pueden verse afectados si la temperatura es excesiva.
¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros síntomas que podrían advertir de un posible golpe de calor en nuestras mascotas serían los jadeos excesivos, mareos, aumento del ritmo cardíaco, apatía o aparente debilidad.
Aunque estos efectos pueden revertirse manteniéndoles en sitios frescos y proveyéndoles de abundante agua, también pueden ir a más de no atacarse a tiempo
Si no se controlan, otros posibles síntomas más graves pueden ser el estado de shock, vómitos el desmayo o la muerte en el peor de los casos.
Consejos para evitar golpes de calor
Lo importante para el animal es que la temperatura corporal no supere los 39ºC. De no ser así podemos refrescarles con agua asiduamente (con la mano, es piscinas o con toallas) aunque nunca con agua helada ya que puede dañar el cerebro.
También es aconsejable abanicarles o situarles junto a un ventilador, humedecerles la boca y darles de beber (aunque nunca obligándoles). Trasladarle a lugares frescos, en sombras o realizarles masajes en las extremidades para favorecer la circulación pueden ayudar a que nuestros perros dejen de pasar un mal rato.
Según la web 'SPerro', darles de comer cuando hayan pasado las horas de más calor o proteger con crema solar las zonas con menos pelo para evitar quemarse pueden ayudar a evitar la hipertermia. El hecho de cepillar a nuestro perro o gato más a menudo también hará que se reduzca la temperatura corporal ya que eliminamos la capa de pelo muerto que puede hacer que el calor se almacene.
Por último hay que evitar sacarlos a la calle en las horas puntas de calor o que hagan esfuerzos bajo las altas temperaturas.
Hace unos días la Guardia Civil publicó un consejo en Twitter recomendando seguir la 'regla de los cinco segundos' para saber si hace demasiado calor como para sacar a pasear a nuestros animales.
Ésta consiste en tocar con la palma de la mano la acera. Si no aguantamos cinco segundos y nos quemamos, es mejor que nuestro perro se quede en casa.
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