La víctima de la brutal paliza en Alicante sigue negándose a declarar porque, según la Guardia Civil, está aterrorizada. "Posiblemente exista una coacción muy fuerte por parte de la persona que maltrata. Sobre todo tiene que volver a contar con los recursos personales y con el círculo familiar que perdió", aconseja el psicólogo de Altea Psicólogos, Alfonso García-Donas.

Porque en la mayoría de las agresiones no hay testigos. En este sí lo hubo: una cámara de seguridad. Sus imágenes han sido prueba suficiente para que la Fiscalía interviniera.

"Se puede actuar de oficio, puesto que hay pruebas que no dependen de la víctima y, en este caso, la acusación la desarrollaría el Ministerio Público", explica Amparo Díaz Ramos, abogada especialista en violencia de género.

En España, solo los delitos privados, como la injuria y la calumnia, pueden perseguirse una vez que el ofendido ha denunciado. Pero en el resto de casos, incluidos los de violencia machista, cualquiera puede presentar una denuncia. "El problema es que si la víctima sigue viviendo con el agresor se podría incrementar el riesgo", asegura Amparo Díaz.

Un riesgo que, según los expertos, se evitaría con una actuación judicial contundente, como la prisión preventiva. Pese al llamamiento a la ciudadanía para actuar y no mirar hacia otro lado, los expertos coinciden en que es importante que la mujer denuncie. Según el Observatorio contra la Violencia de Género, 8 de cada 10 no lo hace.