Con pintadas homófobas y con el cristal de la fachada roto. Así ha amanecido la sede del centro LGTBI de Barcelona, inaugurado hace sólo una semana. La alcaldesa ya ha condenado los hechos a través de Twitter, calificando el incidente de cobarde: "Tienen que saber que no nos dan miedo. Más que nunca, sentimos el orgullo de ser una ciudad diversa y la alegría a quien querer a quien queremos y como queremos".

Desde el Ayuntamiento aseguran que van a interponer una denuncia ante la Fiscalía por delito de odio. Laura Pérez, regidora de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, ha dicho que "el delito de odio se expresa tanto en la simbología que han dejado en la puerta como en la expresión de amenazas de muerte a los colectivos LGTBI".

También el Observatorio contra la Homofobia ha denunciado el incidente. Advierten de que las agresiones homófobas son cada vez más frecuentes en Cataluña. "Hay que combatir ese repunte de los ataques LGTBIfóbicos", ha alertado Eugeni Rodríguez, presidente del Observatorio contra la Homofobia.

La Guardia Urbana ya investiga la autoría del ataque. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha señalado que actos como este no tienen cabida en la sociedad: "Ante la LGTIfobia encontrarán una sociedad que quiere libertad. El odio y la intolerancia no tienen cabida en nuestro país".

Han aparecido más pintadas en la misma calle tan sólo unos números más arriba de donde se encuentra el centro LGTBI.

Vecinos del barrio de Sant Antoni se han manifestado delante de la sede. Además, la Plataforma LGTBI Cataluña ha convocado una concentración con el apoyo del Consistorio. "Estamos convocando una concentración en repulsa del acto", ha subrayado Katy Pallàs, presidenta de la Asociación de Familias LGTBI.

Por mucho que intenten destruirlos en 1.000 pedazos, el objetivo de concentraciones así es que el arcoíris siempre vuelva a brillar.