La guerra en Ucrania cumple seis meses de horror dejando un reguero de vidas destruidas a su paso: cerca de 5.500 civiles han muerto desde que comenzó la invasión rusa, según Naciones Unidas, que no obstante reconoce que la cifra en realidad es mucho mayor. Vidas arrebatadas y, también, familias separadas, con 13 millones de ucranianos que han tenido que abandonar sus hogares.

De ellos, unos 138.000 han sido acogidos en nuestro país. Ciudadanos como Lana Vynnyk: hace tan solo seis meses, ella y María José eran auténticas desconocidas, pero ahora son como familia. "María José es mi madre, hermana, amiga y mi amor", asegura esta refugiada ucraniana.

Ella llegó a España sin nada, solo con una maleta y acompañada de sus dos hijos y su sobrina. Meses después, se emociona al recordar su vida allí: "Mi familia, mi marido, todo, mi país...", enumera, sin poder contener las lágrimas. María José Martín no dudó en ofrecerle su casa. "Hablamos con tres ONG y a los cinco días nos llamaron que venían Lana y sus hijos", cuenta.

Olena Bratel, por su parte, consiguió venir a España en marzo con sus dos hijos. Antes de eso, el ruido de un avión la sorprendía mientras se dirigía a un refugio en Kiev en plena entrevista en directo en Más Vale Tarde. Ahora, están viviendo en un pueblo del sur de Madrid: "Nos buscaron una casa allí, no tenemos que pagar nada, me siento en familia", asegura.

Se han adaptado bien, pero su mente está constantemente en Ucrania: "Me levanto con las noticias y me acuesto con las noticias, estoy todo el tiempo pendiente de lo que pasa en mi país", explica Olena, que sueña con poder volver y recuperar allí su trabajo como profesora de español.

Para Irina, que también llegó a España con la ayuda de una familia de acogida, estos meses han sido complicados y ha tenido problemas para encontrar un empleo. Ahora trabaja en un supermercado y no se plantea volver a su país de origen.

Sus historias son solo algunas de las de los más de 138.000 ucranianos que han sido acogidos en nuestro país en el último medio año. La mayoría de los que han llegado son mujeres y niños y, de hecho, más de un tercio de los refugiados ucranianos en España son menores.