En los últimos años, han proliferado panes de mil y un colores: de masa madre, multicereales, con pasas, con yogur y hasta con fruta confitada. Aquí ha empezado la confusión. No manejamos los términos y esto contribuye a que nos vendan, y mucho, gato por liebre.

Por ello, aterriza una nueva normativa que incluye cambios como que no se pueda poner el nombre de artesano o de masa madre tan en boga a cualquier cosa. La masa madre está formada por harina, sal y agua, sin ningún tipo de levadura.

Tampoco se puede llamar integral a la ligera. Solo al que tiene un 100% de harina integral, es decir, sin refinar y, si no es toda la harina, hay que indicarlo en el etiquetado.

Además, menos impuesto para más tipos de pan. Hasta ahora, el pan que se consideraba común y que tiene un IVA reducido del 4% es el que se elabora con harina de trigo. Pero a partir de este viernes, con la nueva normativa, se van a incluir otros tipos de pan como el que se hace con harina integral, el que se elabora con otros cereales o el que tiene la sal reducida, que hasta hora tenía un IVA de un 10%.

También se limita la cantidad de sal, aunque para ver esto la en práctica habrá que esperar a 2022.

Los panaderos, especialmente los artesanos, valoran el esfuerzo, pero están preocupados por cómo se va a vigilar que la nueva normativa se cumpla. La mejor idea sigue siendo buscarse un obrador de confianza.