En verano, casi todos buscamos lo mismo: playa. Fechas muy marcadas por los desplazamientos, unos 47 millones sólo por carretera en agosto. "Vamos a coger el coche y vamos a hacer un viaje por Francia", comenta un hombre.
Se juntan los que se van y los que vuelven. "Vuelvo a trabajar", dice una viandante. Por eso, la DGT pone en marcha la segunda operación especial del verano para velar por la seguridad en carretera.
Montamos a bordo de uno de los 'Pegasus' de la DGT, una de sus herramientas de vigilancia sobre el asfalto. "No sólo es para aparecer por sorpresa, sino que también la parte preventiva, en la que los vehículos nos ven y ya por naturaleza aflojan la velocidad y adquieren una forma de conducir coherente y segura", explica Osvaldo Reyes, comandante de la aeronave.
En 2018, sus helicópteros controlaron a unos 67.400 vehículos y detectaron unas 20.000 infracciones; las más frecuentes: los excesos de velocidad, rayas continuas y no mantener la distancia de seguridad.
En unos 50 minutos en el 'Pegasus' detectamos seis infracciones. Lo que hace eficiente a este medio es la versatilidad a la hora de desplazarse. "¿Ves? a 1.700 metros y ya le estoy midiendo, y sobrepasando los 150", dice Juan Carlos Prados, operador de medios aéreos.
Durante el vuelo, no sólo controla los límites de velocidad. Otra de las funciones a bordo del 'Pegasus' es mirar el interior de los vehículos en retenciones, así se pueden detectar infracciones tan comunes como el uso del teléfono móvil.
La misma función que desempeñan los drones. "Son para detectar el no uso de dispositivos de retención o el uso de telefonía móvil al volante", apunta Rubén López, jefe de la Unidad de Medios Aéreos de la DGT.
No sancionan la velocidad, pero con una autonomía de 20 minutos y un radio de acción de 500 metros, pueden seguir al conductor y determinar si tiene o no una conducción temeraria.