Las campanadas se ensayan al milímetro. Desde abajo, cuando la gente empieza a preguntarse cuándo hay que empezar a comerse las uvas y cuántas por segundo, y desde arriba, con los encargados de los relojes. Jesús López, encargado de jugar con el tiempo del reloj de la Puerta del Sol, explica a laSexta por qué realmente nos felicitamos el Año Nuevo Tarde: nos comemos una uva cada tres segundos. "No es seguido no", añade.
Precisamente por eso no nos felicitamos el año a las doce en punto, sino 33 segundos después. "A las doce en punto entra la primera campanada", señala el relojero. Con ella, la primera uva. "Y después ya las siguientes: una detrás de otra", explica. Eso sí, antes de eso siempre cabe recordar la pregunta del millón: cuándo hay que empezar a comerse las uvas.
"En las ocho primeras campanadas no hay que comer uvas", resuelve el relojero. Esos son los cuartos que confunden a la mayoría, quienes guiados por la emoción del momento, empiezan a comerse las uvas antes de tiempo. Y este 31 de diciembre con más emoción todavía, pues es la primera Nochevieja en la que se recupera la normalidad y que, por lo tanto, se vuelve a celebrar a lo grande. Las discotecas ya están preparándose para ello. "La noche de fin de año es una noche de mucha gente, de mucho alcohol, y se refuerzan las salidas y las entradas", explica el encargado de una sala.
Por eso se refuerza aún más todos los dispositivos, tanto dentro como fuera en la calle, pues lo importante - nos confundamos o no al comer las uvas - es que el mismo primer día del año sea uno de esos que no olvidar en 2023.
Otro gasto más
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