Ni agresión, ni abuso, para el juez Ricardo González ellos son inocentes porque la chica consintió. Y describe lo que pasó en el portal con cinco palabras clave: jolgorio, regocijo, excitación sexual y delicadeza. Así justifica las dos primeras:

"No aprecio en ninguno de los vídeos y fotografías signo alguno de violencia. (...) Sí de una desinhibición total y explícitos actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo en todos ellos, y, ciertamente, menor actividad y expresividad en la denunciante".

La tercera expresión clave, excitación sexual, se la atribuye a la víctima: "Lo que me sugieren sus gestos, expresiones y los sonidos que emite son de excitación sexual".

La última palabra, delicadeza, es cosa de los agresores: "Creo que las posiciones de manos y brazos, (...) son (...) más cercanas, si es que en este contexto es posible, a la delicadeza que a la desconsideración".

Además dice que no puede haber abuso porque ellos se quitaron la ropa: "Alguno de ellos se ha despojado completamente de sus pantalones, ropa interior y zapatos, (...), gesto que me sugiere una despreocupación impropia de quien está agrediendo sexualmente a una mujer con conciencia de hacerlo".

Desde el principio, este juez pidió la libertad para los acusados y en el juicio, interrogó a la víctima para recalcar que no hubo violencia, llegándola a preguntar si hizo algún gesto. Ella reconoció que no habló ni gritó, lo que el juez valoró como que no hubo dolor: "En cualquier caso, daño, dolor durante ese episodio ha quedado claro que no sintió usted".

Hemos repasado las sentencias dictadas por este juez en los últimos dos años. Esta es su expresión más repetida: "no se ha probado". La usa continuamente. Si hay una mínima duda en las pruebas, tiende a absolver al acusado.