Pike Carlson, un niño de ocho años, fue atacado por un puma cuando jugaba con su hermano en el patio trasero de su casa, en Bailey (Colorado, EEUU). El pequeño, que logró sobrevivir al ataque, llegó a tener su cabeza entre las fauces del animal.

Ahora, Pike y su familia han relatado su terrible experiencia en una entrevista. "Su cabeza estaba dentro de la boca del puma, eso fue lo que me hizo actuar, ver cómo lo masticaba", explica Ron Carlson, el padre del pequeño, en

Mientras Ron corría para salvar a su hijo, Pike se enfrentó al animal y trató de zafarse con el único arma que tenía a mano: un palo. "Él me dijo: 'papá, todos los animales tienen un lugar vulnerable, sus globos oculares'. Así que estaba tratando de golpearlo en el ojo", añade.

Finalmente el animal soltó al pequeño en el momento en el que su padre logró acercarse. Fue entonces cuando descubrieron que Pike había resultado gravemente herido. "Todo su rostro estaba abierto. Había sangre sobre él. Le había arrancado el cuero cabelludo en varios puntos", explica el padre.

Pike necesitó varias cirugías reconstructivas y aún tiene pendiente otra operación más para reparar parte del párpado, que quedó gravemente dañado. Sin embargo, el pequeño conserva el buen humor y lucha para recuperarse. "El puma es un tramposo. Nadie puede intentar luchar contra uno", afirma el niño.

Según informa The Denver Channel, los oficiales de Parques de Colorado capturaron a dos pumas y los sacrificaron, uno de ellos fue vinculado directamente mediante pruebas de ADN al ataque del niño.