Keith Burkett comenzó a tener síntomas del cáncer que padecía cuando tenía seis años. A pesar de las advertencias médicas que le daban tan solo dos meses de vida, el pequeño luchó contra la enfermedad durante seis años. Cuando cumplió 12, su madre quiso cumplir el sueño de su hijo.

Taylore Woodard organizó su boda en el salón de su casa de Ohio para que su hijo Keith pudiera llevarla al altar. El menor recibía cuidados paliativos en el propio hogar y sabía que tenía una corta esperanza de vida: "Fue el día más conmocionante y emotivo de su vida", ha afirmado su madre en una publicación en Facebook.

En la emotiva ceremonia, el pequeño pudo acompañar a su madre en el camino al altar en una silla de ruedas y vivió el resto de la celebración junto a ella. Tan solo tres días después la madre de Keith publicó en la misma red social que había fallecido: "¡Mamá ya te extraña mucho, bebé! ¡Siempre estarás con mamá! ¡No sé cómo va a vivir mamá sin ti!".

En el momento de su fallecimiento, el cáncer que afectaba a Keith le había alcanzado el cerebro, el hombro izquierdo, parte de la columna vertebral, la pelvis y el hígado: "Keith ganó sus alas de ángel y ahora ya está en paz", ha publicado la madre junto a una foto del pequeño.