Un niño de cuatro años ha fallecido tras ser disparado en la cabeza por su hermano de cinco en la ciudad de Fort Worth, en Texas, Estados Unidos, según ha informado el medio estadounidense 'ABC News'.

Los menores se encontraban jugando, mientras su madre dormía en la habitación de al lado, cuando encontraron una pistola y, supuestamente, la dispararon sin querer.

La mujer acudió de inmediato al oírlo y se encontró al pequeño inconsciente. De acuerdo con la versión de la Policía de Fort Worth, el niño fue trasladado al hospital, donde han confirmado su muerte.

Nadie más ha resultado herido y no se han llevado a cabo detenciones. El agente Jimmy Pollozani ha explicado que todavía es demasiado pronto para afirmar que se trata de un accidente, por lo que están llevando a cabo una investigación.

Las heridas por armas de fuego son la segunda causa de muerte más común entre los niños estadounidenses, con casi 1.700 homicidios al año, de acuerdo a los datos de 'Everytown for Gun Safety'.