Marissa Tietsort tiene 28 años y ha sido acusada de homicidio intencional en primer grado por el asesinato del bebé de dos meses al que cuidaba. Después fingió que seguía vivo y se lo entregó a su madre.

Tietsort admitió a la Policía que había estado cuidando al bebé y a su hermano y que el pequeño había muerto mientras le observaba, así lo argumenta la denuncia.

La niñera insistió ante la Policía en que no había matado al bebé, aunque tampoco buscó ayuda. La mujer aseguró que era consciente de que el pequeño había fallecido porque estaba frío, pero no le revisó el pulso.

Según el diario 'Wausau Daily Herald', la autopsia muestra que el bebé murió de un traumatismo contundente en la cabeza.

El forense Robert Corliss ha señalado que el bebé tenía unas tres lesiones en cráneo y coxis, que estaba "fracturado, roto y desplazado, lo que indica que se utilizó una fuerza significativa".

Marissa tenía denuncias anteriores, según la publicación. En agosto, el padre de una niña de 11 meses denunció a la niñera por presuntamente herir a la pequeña. Tiersort dijo a los padres que la niña se había caído del sofá.