El caso se da a conocer poco después de desatarse un escándalo por otra negativa oficial a conceder asilo a un refugiado homosexual en base a una estimación de su apariencia y forma de actuar claramente determinada por estereotipos.

Los funcionarios de la Oficina Federal de Extranjería y Asilo (BFA) de Austria que interrogaron a Firas, de 27, años, consideraron que el demandante de asilo tenía un "comportamiento de niña excesivo", según el documento al que tuvo acceso el diario vienés Kurier. Por eso, los agentes concluyeron que su homosexualidad "no es auténtica" ni "creíble".

Según el rotativo, Firas huyó en 2015 de Irak y solicitó asilo en Austria. Dice ser homosexual desde los 16 años y recuerda que ese hecho, que tuvo que esconder incluso de su familia, es un motivo por el que puede ser asesinado en su país.

Si para algunos funcionarios ser "demasiado" afeminado es prueba de que el refugiado miente, y razón suficiente para rechazar su solicitud, otros hacen lo mismo si la apariencia de la persona les resulta demasiado masculina.

"La manera de caminar de usted, su actitud y su forma de vestir no dejan entrever en absoluto que usted pueda ser homosexual. Al no serlo, usted no tiene nada que temer si regresa a Afganistán", argumentó un agente austríaco en un documento a un joven afgano.

Hace pocos días, las detalladas descripciones del aspecto "no suficientemente gay" del afgano de 18 años que llegó solo a Austria cuando era menor de edad, causaron sorpresa y titulares irónicos tanto en la prensa austríaca como en la alemana.