Seis ciudadanos turcos, entre ellos tres bebés, han muerto al naufragar la lancha neumática en la que viajaban 16 personas que pretendían llegar a la isla griega de Lesbos. La Guardia Costera turca ha rescatado a nueve personas, recuperó los cuerpos se los seis ahogados y continúa la búsqueda en la zona del naufragio de un desaparecido.
La lancha partió de las cercanías de la localidad turca de Ayvalik, en la costa turca del Egeo, y, según las autoridades locales, quienes viajaban en la embarcación eran simpatizantes de la red del predicador islamista Fethullah Gülen, a la que Ankara achaca el fallido golpe de Estado de 2016.
Las autoridades turcas han emprendido una dura ofensiva contra los supuestos simpatizantes de Gülen, con decenas de miles de detenciones, entre ellos de funcionarios, académicos, miembros del Ejército y la Policía, por supuestos vínculos con la red islamista.
También se ha producido una purga sin precedentes en las estructuras estatales y privadas, con la destitución por decreto de unos 130.000 funcionarios, entre ellos jueces, policías y militares, sin que los afectados hayan podido recurrir esas decisiones ante la Justicia.
Gülen, un antiguo aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha negado desde su exilio en EEUU cualquier vinculación con la asonada. Desde el golpe de Estado fallido de julio de 2016 en Turquía más de 2.000 turcos han pedido asilo en Grecia.
La mayoría de ellos llegó al país vecino a través del río Evros, cuyo curso coincide en su mayor parte con la frontera terrestre entre los dos países.
Erdogan ha acusado a Grecia de ofrecer refugio a golpistas y las relaciones bilaterales se han deteriorado desde enero de 2017, cuando el Tribunal Supremo griego rechazó la extradición a Turquía de ocho militares acusados de participación en el fallido golpe.