Un total de 35 tortugas bobas (Caretta caretta) han nacido después de que el pasado 15 de junio un ejemplar de esta especie protegida hiciese una puesta de 173 huevos en la arena de la playa de Sant Simó de Mataró (Barcelona), que se suman a las 25 crías nacidas horas antes. Según ha informado en un comunicado el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat (DTES), 33 de las 35 tortugas han eclosionado durante la noche en el nido de la playa, y las dos restantes han nacido en la Fundación para la Conservación y Rescate de Animales Marinos (CRAM) en el Prat de Llobregat.

De las 33 crías nacidas en la playa, 19 se han liberado en el mar, y se espera que las nueve restantes, nacidas ya a la luz del día, se liberen esta próxima noche junto con una parte de los ejemplares nacidos en las incubadoras del CRAM. Las pruebas y exploraciones realizadas a las tortugas nacidas demuestran que los ejemplares "se encuentran en buenas condiciones", hecho valorado "muy positivamente" por el equipo científico que sigue el proceso.

Según el comunicado, la tortuga boba llegó a poner un total de 173 huevos en la arena, de los que 133 se dejaron en la playa, pero tres de ellos se rompieron, mientras que los 130 restantes se han ido formando gracias a "la calidez de la arena", que se cataliza gracias a las altas temperaturas registradas en estos últimos días.

Por otra parte, se trasladaron 40 huevos de la puesta a las instalaciones del CRAM, de los que ya han eclosionado entre hoy y el pasado jueves 26 de los 28 huevos considerados como fértiles. Estos huevos se desplazaron al CRAM porque estaban enterrados en la arena "a una profundidad demasiado superficial", cosa que podía hacer peligrar su desarrollo, según el comunicado.

La puesta de la tortuga boba en Mataró supone "una de las más cuantiosas del Mediterráneo occidental", según el DTES, así como un caso "muy valioso" desde el punto de vista científico, de conservación y de educación ambiental. Asimismo, el DTES ha anunciado que un máximo de doce de las tortugas nacidas en la playa y seis de las nacidas en las incubadoras se mantendrán un año en cautividad para "estudiar su proceso de desarrollo y profundizar en el conocimiento de su biología".

La Generalitat monitoriza el nido de la playa de Sant Simó en el contexto de un proyecto de investigación internacional, y también imparte cursos de formación a los voluntarios que hacen turnos de vigilancia coordinados por el Ayuntamiento de Mataró.