Decenas de mujeres ucranianas refugiadas en España tejen muñecos a ganchillo para recaudar dinero y a la vez, curar heridas. Una iniciativa que se está haciendo en ciudades como Madrid, Galicia o Marbella donde, juntas, tratan de superar los traumas personales.

Un trabajo que les sirve como vía de escape para evadirse de la situación que está viviendo su país y de la que han tenido que huir. "Cogí un autobús a Madrid con otras 60 mujeres, muchas de ellas embarazas. Vi que una ONG buscaba mujeres ucranianas por Instagram para producir estos muñecos y llamé", confiesa Kasia Galenkevich.

Al igual que ella, otras mujeres refugiadas en el país se han unido para crear ositos de amigumuri o crochet, cuyo material se lo da una ONG. "Ya había hecho estos muñecos de crochet en mi casa, en Ucrania. En esa caso no eran para vender, sino para mi familia", explica Olga Gamaly.

Creaciones que se han transformado en una pasión, y es que hasta en el metro se les pueden ver con ellos. Unos muñecos muy especiales, y es que según la leyenda japonesa, estos proporcionan protección

Ahora, tienen pedidos por todo el mundo, desde Brasil hasta Australia o Estados Unidos. El dinero recaudado es para las trabajadoras y el material sostenible con el que hacen estos muñecos. Una iniciativa que les ayuda. "Me siento más segura porque tengo un poco de dinero", asegura Olga.

Un trabajo que no solo tiene un beneficio económico para ellas, y es que en estos lugares encuentran su propio espacio de confidencia donde compartir tiempo con personas que se encuentran en una situación personal similar tras tener que haber tenido que abandonar su país por la guerra.

Sin duda, unos ositos que ya se han convertido en un gran símbolo de solidaridad.