Miles de personas, entre ellas multitud de trabajadores de Alcoa, han protagonizado este domingo una protesta para mostrar su rechazo al anuncio de la multinacional del aluminio de un despido colectivo de un máximo de 534 empleados, al alegar una situación insostenible en la fábrica.

"Madrid, escoita: Alcoa está en loita", "Energía, solución", han sido algunas de las proclamas de los manifestantes que han realizado el recorrido con vengalas.

Durante la marcha se ha cortado la A-8, a la altura de Ribadeo, Lugo, con barricadas de neumáticos ardiendo. Según el presidente del comité, José Antonio Zan, "ha sido una protesta sorpresa. La gente se está empezando a calentar".

La dirección de Alcoa ha propuesto al comité de empresa abrir consultas durante tres semanas para analizar el futuro de la planta, los retos y las opciones, así como las medidas a adoptar con la representación de los trabajadores.

Alegan que el motivo de los despidos tiene que ver con problemas externos de producción y de mercado que han hecho que la producción de aluminio primario sea ineficiente y la operación de la planta no sea competitiva.

El Gobierno pide reconsiderar la decisión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegura que el Ministerio de Industria está hablando con la dirección de Alcoa para garantizar los empleos.

El Gobierno reclama así corresponsabilidad a la multinacional en un momento en el que "es más necesario que nunca mantener las capacidades productivas y los puestos de trabajo". Puntualiza además que la empresa "ha tenido y sigue teniendo importantes ayudas públicas, condicionadas al mantenimiento del empleo".

Los trabajadores piden la nacionalización

El presidente del comité de empresa en Lugo, José Antonio Zan, considera que en las actuales circunstancias, el Gobierno central debería estudiar una nacionalización como "primera opción" para salvaguardar los intereses de la fábrica y esos 534 empleos. Mantiene que el futuro de la planta es "factible, es viable" y "es algo que repetimos desde hace años".

Zan expresa abiertamente sus discrepancias con el planteamiento de Alcoa sobre esa planta y pide a la Xunta de Galicia y al Gobierno central que se "involucren".