Niños, ha empezado el cole y esta es la primera lección: la B con la A, BA de barracón. Es el material en el que miles de alumnos seguirán dando clase este año, los de un colegio de Muro de Alcoy, en Alicante, son coladores: cuando llueve, se mojan casi más por dentro que por fuera y llevan nueve años así.

"El agua ha llegado a colarse a través de los propios enchufes de la luz y de las cajas de los cuadros eléctricos", afirma Samuel Sánchez Caballero, secretario del AMPA del colegio 'El Bracal'. Siguiente lección, ahora una suma: falta de inversión más paso del tiempo, igual a instalaciones precarias.

Como las del colegio de La Font d'Encarrós, en Valencia, lleva desde 1961 sin una reforma estructural. No tienen calefacción, han dado clase en el sótano con abrigo y bufanda. "Al final es una indignación que cada año va incrementándose, se ve que van pasando los años y que no hay una solución", asegura Pablo Puig, alcalde de La Font d'Encarrós.

En un cole de Leganés, en Madrid, sí tienen obras, pero tantas que los niños han ido a clase con casco para protestar. Tres clases de primaria iban a darse en la primera planta de un edificio en construcción. "Nos hemos negado a las familias porque ni siquiera está acabada, no tiene ni ventanas", comenta un obrero.

Lección tres para este inicio en precario, la fórmula del profesor ambulante: dícese de los maestros sustitutos como Laura. En 11 años ha dado clase en 27 coles distintos. "Que cada año tengan profesores distintos, con métodos distintos... decae la calidad de la educación sin duda", afirma Laura Rojo, maestra de matemáticas. Receta para esta situación: organizarse y protestar.