En Arizona, Estados Unidos, Raquel Barreras ha sido declarada culpable de asesinato por haber matado de hambre a su hijo de tres años y haber ocultado su cuerpo en un baúl para juguetes, según informa 'Fox News'.

Los hechos tuvieron lugar en 2014, cuando Barreras y su marido Martin dejaron de alimentar al pequeño durante días. El cadáver del niño fue encontrado dentro de un baúl en el patio trasero de la casa por un empleado que estaba ayudando a la familia a limpiar la vivienda para mudarse.

La autopsia reveló que el menor, Roman, falleció entre la primavera de 2013 y enero de 2014 por abandono. En el momento de la detención, los otros tres hijos de la pareja fueron entregados a los Servicios de Protección Infantil (CPS).

Aunque la madre ha confesado el crimen, su defensa alegó que era adicta a las drogas y que en el momento del crimen estaba bajo los efectos de las mismas. Ahora se enfrenta a cadena perpetua por homicidio en primer grado, abuso infantil y ocultamiento de cadáver.