A Whitney, la madre del bebé, le diagnosticaron durante el embarazo diabetes gestacional, por ello, Waylon creció más de lo debido. Cuando dio a luz, el recién nacido estuvo ingresado durante siete semanas en la unidad de cuidados intensivos por problemas de alimentación y respiratorios.
Whitney comenta a Daily Mail que cuando llevaba 37 semanas de embarazo, los médicos comunicaron que su hijo "rondaba los cuatro kilos", aún así siguió creciendo hasta el parto. "Lo pesamos tres veces porque nadie creía que podía pesar siete kilos. Al principio pensé que la báscula estaba rota", explica Edmond Hallet, padre de Waylon.
Ahora, Waylon se encuentra en casa en muy buen estado: "Duerme más de lo que lo hicieron nuestros otros bebés, pero está saludable. Cuando está despierto, está en alerta y sonríe. Es un niño feliz", añade la madre según el diario 'Daily Mail'.