Una mujer de Santiago de Compostela ha recurrido a un juez para recurrir la eutanasia de su hija, de 56 años, a quien le había sido aprobada anteriormente. La mujer padece esclerosis múltiple desde los 20 años, y reúne todos los requisitos para percibirla, pero cuando los médicos llegaron a su domicilio para practicarla la madre les cerró la puerta.
La mujer recurrió a la Asociación de Abogados Cristianos para llevar el caso. Según la Asociación, la mujer tiene "una grave depresión que tenía que haber sido tratada como depresión por un psiquiatra". Sin embargo, afirman, no se produjo y le cursaron la solicitud de eutanasia.
Además, aseguran que la mujer no sufre "dolores insoportables", uno de los requisitos de la medida porque tiene algunas capacidades físicas intactas. De hecho, afirman que ella misma duda sobre si quiere practicarse o no la eutanasia.
"María Belén acude al médico de cabecera con una depresión. Debería haberla derivado a un psiquiatra, pero crea un informe exagerado, mintiendo, donde dice que hay dolores cuando María Belén no tiene dolores y favorecer para que se le aplique la eutanasia", ha indicado Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, que afirma que además la mujer "tiene opinión cambiante" y por eso delegó en su madre, quien no quiere que se aplique la eutanasia.
Según ha indicado Beatriz de Vicente, la ley, en cambio, indica que "no hace falta estar sufriendo, basta con tener una enfermedad altamente incapacitante, e incurable". "Si ella prestó consentimiento antes de tener cualquier tipo de representación legal y se consideró válido, tiene todo el derecho del mundo", ha aseverado la experta.
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