La Guardia Civil halló dentro de un pozo el cadáver de Katia, una mujer de 57 años que trabajaba en un bar y regentaba un negocio de agricultura ecológica en el pueblo de Reliegos, en la provincia de León.

La voz de alarma de su desaparición la dio la dueña de dicho establecimiento al no presentarse a su puesto de trabajo, algo que extrañó mucho a la dueña ya que no había avisado. Poco después, se denunció su desaparición ante la Guardia Civil y en apenas 24 horas, el cuerpo fue encontrado con signos de violencia.

El cuerpo de Katia fue hallado por los agentes en un pozo de la finca donde ella vivía en Reliegos. Los vecinos aseguran que vivía con otras dos personas que tenía alojados en la finca y que eran dos trabajadores que le ayudaban en su negocio de agricultura. Según cuentan a laSexta los vecinos del municipio, la mujer tenía problemas con ellos porque quería echarlos de casa pero éstos no querían irse.

"Supuestamente eran vagabundos y estaban haciendo el Camino de Santiago y como ella era muy generosa los alojó en su casa", dice una vecina. Otra asegura que ya le habían avisado de que estas dos personas "no eran buena gente".

La Guardia Civil está buscando al responsable o a los responsables de la muerte de Katia que llevaba unos 5 años en este municipio leonés. No hay todavía nada claro y todas las hipótesis de la investigación, aseguran, están abiertas.