En menos de un mes se ha conocido la muerte de tres recién nacidos por esta infección bacteriana antes de ser vacunados. El primero en Málaga el pasado mes de octubre y en noviembre más, uno en Sevilla y otro en Cuenca.

España ha registrado en lo que va de año más de 7.200 casos de tosferina, casi el triple que en el mismo periodo del año pasado, según datos del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.

La incidencia más alta en los menores de un año, en especial antes de los dos meses, cuando se administra la primera dosis de la vacuna, y el avance en nuevos métodos diagnósticos ha favorecido que en los últimos años se detecten cada vez más casos. De hecho, en niños menores de un mes se estima una tasa de 325 casos por cada 100.000 habitantes, según datos de 2013 del Ministerio de Sanidad.

En la mayoría de casos cursa como un catarro, "con un cuadro de tos y dificultad respiratoria que se suele prolongar durante más de una semana", según explicaba hace unas semanas Francisco Alvarez, del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.

Sin embargo, de forma esporádica puede desarrollarse lo que se conoce una tosferina maligna que requiere el ingreso hospitalario e incluso puede provocar la muerte. Entre 2007 y 2012 en España se han registrado una media de 4,8 muertes al año, todas ellas en menores de 3 meses.

Para prevenirlo, los pediatras recomiendan vacunar a las embarazadas entre la semana 27 y 36 de gestación para proteger al bebé hasta que pueda recibir la primera dosis, algo que ya están haciendo siete comunidades autónomas (Cataluña, Asturias, Navarra, Valencia, País Vasco, Canarias y Extremadura). Tras las últimas muertes, Andalucía, Murcia y Madrid han anunciado que también vacunarán sistemáticamente durante el embarazo.