La ONU ha descubierto que ocho niños sirios murieron en enero en el campamento de refugiados de Rukban, ubicado en una zona desértica del sur de Siria cerca de la frontera con Jordania y donde 40.000 personas sobreviven en terribles condiciones, sin la asistencia de uno solo médico.

Los menores fallecieron por causas relacionadas con el frío extremo de esta época del año y con las privaciones que sufren los habitantes del campamento informal, que carecen de acceso a los servicios más básicos, ha explicado la responsable de un convoy humanitario enviado por la ONU a Rukban, Corrine Fleisher.

En una teleconferencia desde Rukban con periodistas en Ginebra, Fleisher dijo que la distribución de la ayuda humanitaria y otras tareas conexas continúan, tras la llegada el pasado día 6 del que se ha convertido en el mayor convoy humanitario que la ONU ha movilizado en Siria desde el inicio del conflicto armado en 2011.

La muerte de los menores es una de las evidencias de la desesperada situación en el campamento, donde la mayoría son mujeres y niños, para quienes la comunidad humanitaria pide "una solución digna" que pasa por su reubicación o el retorno a sus lugares de origen ahora que el conflicto armado ha reducido intensidad, comentó Fleisher, representante del Programa Mundial de Alimentos en Siria.

La atención sanitaria en el campamento es dispensada por enfermeras, "muchas de las cuales carecen de formación" y atienden en condiciones "de la Edad de Piedra", aseguró Fleisher. La responsable ha sostenido que la distribución de la ayuda, consistente en alimentos suficientes para un mes para cada familia, así como frazadas y ropa de abrigo, y artículos de higiene, entre otros, se ha realizado hasta ahora sin incidentes.

Los 133 camiones que componen el convoy se encuentran aparcados a diez kilómetros del campamento, pero la distribución se realiza dentro del asentamiento en una operación en la que participan 300 asistentes humanitarios, gran parte de ellos voluntarios de la Media Luna Roja siria.

De forma simultánea se está procediendo a la vacunación de 10.000 niños menores de cinco años. El convoy es el segundo que reciben los habitantes del campamento de Rukban en los cerca de cuatro años que llevan allí. Los trabajadores humanitarios abandonarán el lugar una vez que hayan concluido con su misión, dijo Fleisher, quien agregó que no se comunicará el día exacto de su partida por razones de seguridad.